Se acerca el inicio del próximo curso y muchos padres se encuentran inmersos en los preparativos: disponer del material escolar requerido por los centros, y elegir otras actividades que supongan un complemento para sus hijos a nivel académico.
Las actividades extraescolares son aquellas que tienen lugar en horario no lectivo, y suponen una herramienta muy útil para que los niños sigan aprendiendo en sus momentos de ocio, cultivando otras habilidades y complementando su aprendizaje. Sirven para potenciar la formación integral de los más pequeños y que sus momentos de ocio se conviertan en tiempo libre bien aprovechado y de calidad.
Decidir qué actividades son las mejores para nuestros hijos suele traer de cabeza a muchos padres. Elegir las más adecuadas no es tarea fácil si nos importa en qué emplean su tiempo libre los niños. ¿Realmente necesitan estas actividades?
Si decidimos que así es, lo primero de todo a tener en cuenta es su opinión, ya que no debemos imponérselas. Las actividades extraescolares deben ser divertidas, a la vez que educativas, no deben suponer una presión u obligación para ellos, sino que deben despertar un interés para practicarlas para que realmente sea un complemento creativo de su aprendizaje.
No podemos olvidar que los niños tienen que tener tiempo para jugar y para disfrutar con la familia, es lo más importante para que tengan una vida saludable. Las mejores actividades extraescolares no suponen inversión económica y son aquellas que programamos con ellos: un paseo en bici, leer un buen libro, ir a la biblioteca, escuchar música…
Actividades artísticas, deportivas e idiomas
A la hora de decidir qué actividades extraescolares son las mejores para que ocupen el tiempo libre y de ocio de nuestros hijos, debemos tener claro que son positivas sólo cuando complementan su educación, estimulan el desarrollo del niño y favorecen su relación con los demás. Nunca hay que obligarles ni premiar o castigar con estas actividades a los niños. Es importante que acudan a la actividad con ganas, voluntad e ilusión.
La oferta de actividades extraescolares fuera del horario lectivo es muy amplia, y pueden darse tanto en el propio centro educativo como fuera de él. Suelen dividirse en tres grandes grupos: actividades artísticas, deportivas e idiomas.
Es importantísimo tener en cuenta la edad de los niños. Antes de los seis o siete años, son más aconsejables las actividades relacionadas con el arte, la música y el movimiento. A partir de esa edad, hay que respetar sus gustos, su capacidad y su actitud.
Para los niños y niñas más tímidos, las actividades que se realicen en grupo son beneficiosas, ya que deben relacionarse con otros niños y estimulan la comunicación de una manera natural, potenciando el compañerismos y compartiendo objetivos comunes: teatro, danza, deporte.
Si nuestros hijos son poco activos, las actividades individuales son las más convenientes, ya que implican un esfuerzo personal. Natación, hípica o cualquier actividad que requiera un esfuerzo individual, como tocar un instrumento (música), pintura o manualidades artísticas.
Si, por el contrario, los niños son muy activos o nerviosos, las mejores actividades serán aquellas que les ayuden a liberar tensiones y a tener un autocontrol en momentos de tensión. Deportes como el baloncesto, el fútbol y multitud de juegos o deportes canarios, les pueden ayudar a encauzar su energía de forma positiva, además de aceptar las reglas que implican un autocontrol para ellos.
Si lo que queremos es potenciar la creatividad, la imaginación y la fantasía, las actividades artísticas como la música, la pintura o la fotografía, les pueden ayudar a plasmar sus ideas.
Practicar idiomas es una de las actividades extraescolares más beneficiosas, siempre que tengamos en cuenta que el niño tiene que sentirse motivado. Los niños que aprenden idiomas desde pequeños, crecen adquiriendo dicho idioma con suma facilidad y les resulta mucho más fácil el aprendizaje de un tercero. Es muy recomendable iniciarse desde edad temprana en el aprendizaje de otro idioma, puesto que es indudable su utilidad en el futuro, además de mejorar la comunicación. Las clases de idiomas dirigidas a los más pequeños, son clases muy amenas, basadas en el aprendizaje de vocabulario y de la lengua a través de juegos adaptados a cada edad.
Las actividades artísticas, favorecen la creatividad, imaginación, el gusto por la estética y el espíritu de superación. La danza y el ballet, permiten conocer el propio cuerpo, aportan flexibilidad, coordinación, agilidad, trabajando la expresión y comunicación corporal, favoreciendo la sociabilidad y la memoria. Son adecuadas para niños y niñas de 4 ó 5 años.
Teatro y literatura, estimulan la mente, fomentan el interés por la lectura, la imaginación y la comunicación. Pintura, artesanía y fotografía, estimulan la creatividad, la destreza manual y visual y la expresión plástica.
Las actividades musicales, desarrollan más la memoria, el sentido del orden y la capacidad de atención. Mejoran el rendimiento académico y el aprendizaje.
Las tecnologías de la información y comunicación, son herramientas de uso cotidiano que pueden aprovecharse también como recursos didácticos para facilitar el aprendizaje de cualquier materia. No deben asumirse antes de los seis o siete años.
Las actividades extraescolares pueden mejorar el nivel educativo y las relaciones interpersonales, si se eligen con responsabilidad y el niño está motivado. En general, aumentan la autoestima de los alumnos cuando desarrollan cualidades personales en función de la actividad.