Parque Rural de Teno De albergue para compartir en familia bosque, aves, historia… Un disfrute natural

Hay una actividad que a los niños y niñas les gusta especialmente: hacer acampadas. Pasar la noche fuera de casa y en un entorno natural es una de las vivencias más recomendables que se puede hacer a cualquier familia que desea realizar una actividad diferente e inolvidable. Por eso la entrada de hoy de este blog se refiere a un encantador fin de semana “fuera de casa”.

Decidimos que lo mejor era pasar una sola noche en el albergue de Bolico porque algunos teníamos líos y no podíamos estar mucho más. Pero no importaba el tiempo ni las noches de estancia. La finca de Bolico ofrece la posibilidad de conectar con la naturaleza del Parque Rural de Teno sin intermediarios, de forma directa.

Nuestros pequeños se volvieron locos al llegar a su habitación. Dormir todos juntos en literas es una experiencia maravillosa para cada uno de ellos. Después de acomodar y organizar la logística del “campamento”, se “perdieron” por el entorno. Yo los acompañé y descubrimos un lindo camino entre viejos bancales aún cultivados. Con cuidado de no romper nada, comimos unos higos que las higueras ya asilvestradas mantenían en su punto, dulces y nutritivos.

Al volver al albergue bajamos por una vereda que nos llevó a la puerta de una vieja galería de agua. Allí les expliqué cómo la isla de Tenerife parece un queso gruyere de la cantidad de túneles que se han hecho para extraer el agua que filtra el terreno desde sus cumbres y montes. De ahí se canaliza para que llegue a cada una de nuestras casas. Algunos de ellos no me creyeron mucho.

Después de una magnífica cena, una nerviosa conciliación del sueño, una maravillosa mañana y un potente desayuno, nos fuimos de caminata por el camino que sube a la cumbre de Bolico. Fuimos conociendo los árboles del monteverde, alguna planta endémica y pájaros, muchos pájaros. Como siempre, pusimos una manta en el suelo cerca de la cumbre y comimos un tentempié muy divertido.

Al bajar hicimos una parada al lado de una enorme manzanero próximo al camino y cogimos algunas manzanas. En este momento aprovechamos para hacer una llamada a alguno de los restaurantes de la zona y encargamos ¡¡¡pollos asados y papas fritas!!! Así tendríamos preparada una comida especial al llegar al albergue.

Después de comer todo el grupo, recogimos nuestro “campamento” y le dijimos hasta la próxima a este bello entorno. “¿Dónde vamos ahora?”. Unánime: “¡¡¡A la playaaaaaa!!!”. Así que sin demora bajamos a la preciosa costa de Los Silos y nos dimos más de un baño en el seguro embarcadero de Sibora. Un helado y un refresco, junto a una incursión al parque infantil que se encuentra al lado del kiosko, hicieron el resto. El grupo de padres y madres, terminamos comentando que la finca de Bolico es un excelente lugar para compartir en familia, ya que ofrece bosque, aves, caminos antiguos, historias que contar… y un albergue con todas las comodidades para concentrarnos únicamente en el disfrute de la naturaleza.

 



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