Arranca el Festival Internacional Clownbaret, FIC 2014, con una selección de artistas nacionales e internacionales que llenarán de humor y color el Teatro Guimerá y la plaza del Príncipe de Santa Cruz de Tenerife durante este fin de semana.
Pero, ¿qué es el clown, además del niño o la niña que llevamos dentro, sin tabúes?
Félix Moreno nos habla de ello en su blog. Se inició en el clown como canal de crecimiento personal y creativo y ha tenido como maestros a Philip Gaulier, Johnny Melville, Elliot, Leo Bassi, Jango Edwards, Eric de Bont y Antón Valen, entre otros.
Igual que en la vida, cuando sales al escenario preocupadx por hacerlo bien, por lo que puedan pensar de tí, y no juegas…es difícil que se produzca la magia, o mejor dicho, que la percibas.
El clown hace, de todo lo que le pasa, un juego, incluso la preocupación, que es un estado humano. Si tiene vergüenza, y su transparencia no le permite ocultarla, la utiliza como herramienta creativa. Juega a tener vergüenza. La vida es un juego. Observar es un juego. Hacer es un juego.
Sea cual sea la emoción, puedes permitirte entregarte a ella, jugar con ella y que te lleve a otro lugar de descubrimiento. Tu honestidad, como un trampolín para entrar en el flujo creativo.
El público no quiere verte preocupadx por ti, a no ser que hagas de eso un juego. El público quiere que hagas, que vayas, que te arriesgues y juegues, aunque pierdas. Quiere que le hagas de espejo con tus éxitos y fracasos. Quiere verte concentrado en el mundo de las pequeñas cosas, porque quiere que le invites al (tu) mundo de las pequeñas cosas. Quiere que percibas y compartas la magia. Quiere que fluyas. Quiere que te desnudes para verse en tí. Y el escenario es un óptimo lugar para practicar.
Quitarse del medio. Dejar de ser unx mismx y observar el mundo, pasando a ser forma de un todo sublime al cual pertenecemos todxs. Quitarse la máscara propia para ponerse las que se quieran, como una vez dijo mi amigo Jonàs Gnana.
Público y clown, juegan juntos. Es el juego colectivo del mundo…
Y así cada vez, ponemos nuestro granito de arena, para que ese momento, en el que la percepción está más abierta y estamos presentes, sea la norma de la vida cotidiana en lugar de ser un momento excepcional. Para que tu mundo, nuestro mundo, sea cada vez más bonito.
El Clown. Por qué su práctica es sanadora
Una de las constantes vitales del clown, es el amor. Quiere amar y que le amen. Él no inventa el amor. Lo respira. Por eso busca la mirada y la atención de los otros, de sus compañeros, del público, para compartirlo. Invita a la complicidad, al juego, y comparte con mucha generosidad todo lo que le pasa.
Mira a los ojos de las personas y expresa sus emociones, como mínimo, a través de la mirada. Es transparente. No podría ocultar sus emociones, aunque lo intentara; siempre las vive intensamente.
Tiene mucha curiosidad por todo lo que le rodea. Es difícil que un clown se aburra. Siempre está haciendo cosas, y entregado a ellas. Si sólo está descansando, descansa en su máxima intensidad.
Tal intensidad puede provocar que pasen otras cosas, incluso problemas que hay que solucionar. Un problema implica una solución y una solución implica el juego. Hace más que piensa. Y como hace muchas cosas, se equivoca y fracasa a menudo. Cuando las cosas le salen bien, recrea el éxito.
Cuando fracasa, lo acepta, sin quedarse atrapado en el fracaso, en el pasado (porque el presente sigue su curso), sino que le sirve de estímulo para seguir adelante, seguir descubriendo.
Vive el presente intensamente. Entra con facilidad en el infinito mundo de las pequeñas cosas. Crea universos.
Tiene disposición y capacidad para el juego. Podría pasarse la vida jugando.
Es un adulto que no olvida y no oculta el niño que sigue siendo.
Vive al margen de las normas y convenciones sociales. Todo puede ser de otra manera. Tiene su propia lógica, que choca con la lógica del mundo en el que vive, aunque quizá está más cerca de su propia esencia que la mayoría de la sociedad. Aunque suene paradójico, no se pone máscaras. Es auténtico.
No tiene sentido del ridículo, ni de ser juzgado. No juzga. Es ingenuo. Las cosas, las situaciones, las personas, simplemente le provocan diferentes emociones. Se inspira con todo.
Acepta todo, incluso su muerte, la cual compartiría con complicidad y generosidad. Como unritual. Uno no se muere todos los días.
Celebra cada instante, ya sea a través del juego, de la emoción, del compartir.
El clown es honesto, no contempla otro modo. Se desnuda. Y en esta desnudez, se convierte en un espejo de los demás.