La Cueva del Viento Una gran aventura en las entrañas de una isla volcánica

La aventura empezó en un pequeño centro de visitantes ubicado en el pueblo de Cueva del Viento en Icod de los Vinos. Un grupo de 5 niños y 7 adultos nos encaminamos a conocer los entresijos de un lugar demasiado especial de la naturaleza de Tenerife. No sabíamos lo que nos esperaba.

La entrada de hoy en este blog es sólo para grandes aventureros que deseen recorrer la isla… ¡bajo tierra! Aquel día y nada más llegar, los niños se quedaron boquiabiertos cuando el guía nos repartió ¡¡¡cascos con linternas!!! Esto se pone bueno. Después de un corto viaje en vehículos llegamos a la entrada de la cueva. Nuestro acompañante nos dio las explicaciones precisas para entender a dónde nos aventurábamos. Y, bajamos a la cavidad. Se trata de un tubo volcánico procedente del Teide y que llega a la costa de Icod, ¡¡¡el 5º más largo del mundo!!! según nos iban desgranando poco a poco.

Ya estamos dentro. Empieza la aventura. En mi cabeza apareció inevitablemente uno de mis autores de cabecera a mis 10 años: Julio Verne y mi título predilecto, “Viaje al centro de la Tierra”. Cascos ajustados, luces encendidas, calzado de montaña y mucho abrigo. Al iniciar el camino, todos coincidimos en una cosa, parece que la lava aún está corriendo y formando esta maravilla.

El magnífico guía nos cuenta, nos relata, nos ilustra… pero poniendo de protagonistas a nuestros pequeños. Los sube a pequeños ríos de lava, les muestra otros tubos que conectan con el principal, les cuenta cómo viven los animales adaptados al silencio y la oscuridad, para lo que nos hace apagar las luces y mantenernos en silencio durante unos minutos para sentir esas condiciones… ¡Increíble!

Los niños están encantados, lo preguntan todo, escuchan con mucha atención, siguen al guía y hacen todo lo que él diga… ¡¡¡Están en sus manos y nosotros lo queremos contratar de “niñero”!!! Entramos en la cueva a las 13:30. Alguien adulto pregunta “¿qué hora es?”, “aaahhhh, las 5 de la tarde, y sin comer”. Así como lo lee. Todos conocemos frases clásicas de los niños de excursión que suenan a: “tengo hambre”, “cuánto falta”, “tengo frío”… Aquí nadie dijo nada. Estaban encantados y alucinados con el pedazo de aventura que estábamos viviendo.

Al salir de la cueva y volver al centro de visitantes, sólo teníamos palabras de agradecimiento para el guía y sensaciones de haber vivido una experiencia única, aparte de aprender y apreciar un mundo desconocido. Sólo faltaba buscar un lindo lugar bajo el pinar de la zona para poner las mantas en el suelo y comer plácidamente. Fue un día mágico.

Ahora al caminar, todos pensamos en lo que tenemos debajo de nuestros pies en esta isla: un espacio natural singular y muy frágil. Llevar a los niños a un paseo a la Cueva del Viento es la garantía de que jamás olvidarán este viaje en sus vidas. Una aventura que los transportará a las entrañas de la tierra de una isla volcánica surgida del fondo del océano. No lo deje pasar.

 



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