Hace unos días leíamos la noticia a través de Reevo (red de la comunidad global de educación alternativa) sobre el fallo de una jueza de Soria, a favor de una familia que tenía inscrito a su hijo en un espacio de pedagogía libre. La Fiscalía había interpuesto un recurso donde se pedía que el niño se escolarizara en un colegio con curriculum oficial, denunciando a los padres como responsables de absentismo escolar de su hijo.
Esto supone una buena noticia para las escuelas de aprendizaje libre, lugares que eligen cada vez más padres para la educación de sus hijos, ya que no encuentran en la escuela convencional el tipo de educación que desean. Estos centros de educación libre suelen partir de la asociación de familias y/o educadores, asumiendo la responsabilidad en el proceso educativo de las niñas y niños. Para estas personas, es necesaria una renovación educativa que ampare este tipo de escuelas, más solidarias y respetuosas con los protagonistas del proceso de aprendizaje.
Es el caso de Diana y Diego, una pareja que, junto a su hija Jara se encuentran visitando escuelas democráticas por Europa y Estados Unidos, con sus bicicletas pedaleadas por el optimismo que les lleva a conocer escuelas públicas y privadas que desarrollen una educación diferente a la convencional. Desde el 29 de marzo, fecha de comienzo de su aventura, han pasado por Francia, Alemania, Holanda, Inglaterra y Dinamarca, acogidos en distintos proyectos educativos, donde seguro han tomado nota para contarnos en un documental a su vuelta a la isla de Tenerife, su lugar de residencia habitual. Esto no es una escuela es el nombre del proyecto que Diana y Diego han creado, con el fin de sensibilizar para promover una reforma legal que ampare a las escuelas alternativas.