Uno de los grandes retos a los que se enfrentan muchos padres es cómo gestionar su tiempo de ocio. ¿Cuántas horas pueden ver la televisión? ¿Debo controlar la información que reciben de internet? ¿Es necesario que empiecen a usar móviles? Antes, el debate se centraba en cómo el televisor se había convertido en el juguete favorito de los pequeños y en la influencia que los contenidos audiovisuales ejercía en sus vidas, ahora, las pantallas se han multiplicado, y también la preocupación de las familias.
Las nuevas tecnologías han entrado a formar parte de nuestras vidas. Si bien podemos encontrar contenidos educativos para que los menores se entretengan y amplíen conocimientos al mismo tiempo, también existen espacios inapropiados para ellos. La televisión, el ordenador, la tableta o el móvil no son una ‘niñera’ y no se puede recurrir a estos aparatos como compañeros de juegos, a pesar de que la oferta ha crecido mucho en los últimos años. La clave está en controlar tanto el tiempo que pasan frente a las pantallas como el contenido que manejan y para ello los padres deben ser un ejemplo.
Expertos en pediatría alertan de los efectos perjudiciales del uso de aparatos como el teléfono móvil, la tableta o la tele en niños de 6 a 11 años, periodo en el que cursan la Educación Primaria en España. La Asociación Española de Pediatría (AEP) explica que es una época donde los menores desarrollan su potencial, su carácter y su autonomía. Es decir, comienzan a tener ideas propias. Por ello, aunque los amigos empiezan a tener un papel más importante, la familia y los padres siguen siendo los referentes. Además, revelan los beneficios de estar expuestos a otros adultos significativos (profesores, compañeros de otros cursos, entrenadores, etc.), ya que enriquece su mundo y amplía sus posibilidades.
Cómo y por qué controlar el uso de los dispositivos tecnológicos en los niños
1. Hay que estar muy atento con estas tecnologías, que son muy útiles pero también adictivas y potencialmente peligrosas. No debería quitarles tiempo de ejercicio físico, lectura, estudios, relaciones familiares, ni fomentar relaciones virtuales frente a las “reales”.
2. Generalmente, a esta edad no es necesario el móvil.
3. Es importante elegir bien los programas que ven en televisión, los juegos y las páginas web a las que acceden. Los ordenadores deben tener restringido el acceso a ciertas páginas. Los adultos responsables han de saber dónde está navegando el niño en todo momento. No es recomendable que dispongan de ordenador, videoconsolas, ni televisión en su habitación.
4. Es bueno crear una lista de reglas a seguir siempre que estén en línea y colocarlas cerca del equipo. (“Nunca des tu nombre, número de teléfono, dirección, contraseñas o números de tarjeta de crédito. Si algo te incomoda, apágalo y avísame. Nunca quedes con alguien que hayas conocido por Internet y no creas que por haber estado chateando mucho tiempo con esa persona es un amigo fiable”).
En lo que respecta a los hábitos de comportamiento en la infancia y el papel que juega la televisión, una investigación de la Universidad de Montreal (Canadá, publicada el pasado año en ‘International Journal of Nutrition’) advertía de las consecuencias que puede tener para la salud pasar muchas horas sentado frente al televisor. En sus estudios, el equipo canadiense descubrió que la disminución en el tono muscular y el aumento de la grasa abdominal que presentaban muchos de los menores participantes en el sondeo se correspondía con la cantidad de tiempo que dedicaban viendo la tele.
La televisión puede ser una herramienta de socialización del niño y los nuevos medios de comunicación pueden tener una función educativa, ya que estimulan muchos sentidos en una actividad participativa, pero el tiempo que tu hijo dedica a ver la tele o en internet es tiempo que le roba a otras actividades igualmente importantes para su desarrollo cognitivo y emocional como la lectura, la creatividad artística, el estudio, los juegos o los momentos junto a la familia y amigos.